"Y es cultura, para nosotros, todos los símbolos de la identidad y memoria colectivas: los testimonios de lo que somos, las profesías de la imaginación, las denuncias de lo que nos impide ser". Eduardo Galeano

viernes, 2 de julio de 2010

EJE 1 ¡Felicidad! (O sobre como se llega al final del monopolio mediático)

“En una época de universal engaño, decir la verdad constituye un acto revolucionario”-George Orwell

La noticia es una construcción. Así afirma J. Martín-Barbero (en la transparencia de los discursos a la opacidad del medio) pero no sólo la noticia como elemento constitutivo dentro de la dinámica de los medios masivos de comunicación, sino que todo lo que por ellos circule es también una construcción, siendo entonces, el reflejo de quien lo genere. De manera más concreta habrá que decir que la información, la noticia no responden a un acto objetivo, ni siquiera imparcial.

El producto de los medios de comunicación, la noticia (si se quiere) está permeada por toda la carga cultural tanto de quien la escribe como también (y seguro en mayor medida) de quien sustenta económicamente su producción. De esta manera queda abolida cualquier forma de objetividad e imparcialidad. Hecho problemático que se agudiza cuando se han monopolizado los medios de comunicación.

El mayor capital de los medios masivos de comunicación es: la credibilidad, la que puedan generar en su público, y “la verdad” en consecuencia, es su bandera, pero éstos responden necesariamente a los intereses particulares de los grandes grupos económicos que les permiten ser; entonces “la verdad”, será en los medios de comunicación la que esos grupos quieren que sea, hasta aquí puede no resultar tan problemática la situación, no tanto. El peligro o la dificultad surgen en el momento en el que esa verdad completamente subjetiva y parcializada, al ser la única conocida comienza a establecerse como la realidad de tod@s. A la manipulación, a ese riesgo es al que estamos expuest@s todo el tiempo cuando es el monopolio mediático el que tiene la posibilidad de determinar la agenda informativa, decidiendo que acontecimientos son relevantes y cuales no.

De forma más clara:
http://www.youtube.com/watch?v=bxuTaGJlTQ0

Pero entonces, ¿existe la verdad? ¿Cómo entender ese acto que posibilita cambiar el estado de las cosas que señala Orwell en la frase con la que inició este “post”? Verdad. Las distintas acepciones del Diccionario de la Real Academia, todas atañen a la conformidad entre una idea, un sentimiento, un hecho; con el concepto que de ellas se forma; habla de un proceso mental, que necesariamente es un proceso individual no colectivo, de este modo no puede haber una verdad colectiva, lo que quiero decir, es que hay tantas verdades sobre un fenómeno como seres humanos. Pero podría proponer que se puede conseguir una “verdad colectiva”, un constructo fundamentado por todas las perspectivas, por todas la verdades que se generen sobre el fenómeno del que se quiere informar, es decir, “una verdad” donde hayan tantas “formas de ver”, como personas.

Pero no es solamente una cuestión de tener perspectivas; hace falta el acceso a los medios. Las nuevas tecnologías (pueden ser la solución), han impulsado la democratización de la información, es decir, que la “voz” ya no esté en unos pocos o en uno (en el peor de los casos). Ahora la posibilidad de informar la tenemos todos, entonces, se aumenta la capacidad para contrastar versiones y por lo tanto, se incrementa la capacidad crítica. Consecuentemente, se ejerce sobre esos grandes medios: control social, que precisamente delimita sus mentiras, o bueno, si no son mentiras, por lo menos si, coartando su libertad de decir verdades a medias; mejor dicho esa verdad que corresponde a una perspectiva de las cosas, será al menos puesta en duda. Y así progresivamente se irán extinguiendo esos “grandes medios” perderán lectores, es decir, bajarán sus ventas, hasta tal ves, la quiebra. (¿Por qué no?). Es un proceso largo pero ya es una posibilidad real, ya no se puede tragar entero, hay que entender que la realidad es compleja y directamente proporcional debe ser su análisis. Esperanzadoramente, creo que es posible de este modo llegar a ese acto revolucionario que indicaba Orwell, es posible decir la verdad.

Nota final:
Sin querer resolver nada, mejor buscando generar dudas, y dentro del panorama que señale, quiero presentar (si es que no se conocía ya) a George Galloway; más allá de ser una figura política británica, quiero resaltar su labor no sólo dentro del conflicto palestino-israelí, sino también la que lleva frente a la idea de la “democratización de la información” precisamente alrededor de ese conflicto:


http://www.youtube.com/watch?v=d32MbbAjNCg&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=vATsYQFIemA&feature=PlayList&p=403214C36DD0C4E8&playnext_from=PL&playnext=1&index=11

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